Fuimos a Honduras a salvarle la vida al padre Melo. Unos meses antes, asesinos a sueldo habían matado a Berta Cáceres. Berta era su amiga y su compañera de lucha. Tras el asesinato de Cáceres, los noruegos le concedieron el Premio Rafto al Padre Melo. Luego organizaron el viaje que cuento aquí.